lunes, 17 de septiembre de 2012

Monólogo entre el cantinero y yo

Ya no veo y me pasa el agua la cuenta.
El cantinero me entierra el cuchillo en la garganta y me doy cuenta de la nueva verdad y de la utilidad de ser hombre cuando hombre soy yo.
Me veo ahí, totalmente protegido, mantenido pero sin articulaciones y pregunto:
"¿A dónde voy?" a lo que el cantinero responde:"A donde el agua te lleve".
 Dicho esto, recuerdo los lugares a los que me ha llevado con anterioridad, los miles de ríos  por los que anduve y los lagos a los que llegué.
¿De qué sirve la cultura en el vals?
¿Para qué pararse en el abismo?
¿Por qué he de tener correas?
Suéltenme.
Descansen.

1 comentario:


  1. Ya no veo y me pasa el agua la cuenta.
    El cantinero me entierra el cuchillo y me doy cuenta que ya no más y de la utilidad de ser hombre cuando hombre soy yo.
    "Hazte hombre" me gritaba pero me veo, ahí, totalmente protegido, mantenido pero sin articulaciones y pregunto:
    "¿A dónde voy?" a lo que el cantinero responde:"A donde el agua te lleve".
    Dicho esto, recuerdo los lugares a los que me ha llevado con anterioridad, los miles de ríos por los que anduve y los lagos a los que llegué.
    ¿De qué sirve la cultura en el baile primitivo?
    ¿Por qué el miedo al abismo?
    ¿Para qué las correas?
    Descansen.
    Suéltenme.

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